13 al 19 de Abril SEMANA MUNDIAL DE LA ALERGIA 2015

La Semana de la Alergia es una iniciativa anual de la Organización Mundial de Alergia (www.worldallergy.org.ar) a desarrollarse durante los días 13 al 19 de abril, bajo el lema "Alergias respiratorias-Una pesada carga humana y económica" con el objetivo d


Las enfermedades alérgicas respiratorias, rinitis y asma, son un problema de salud pública por su elevada prevalencia, impacto en la calidad de vida y el elevado gasto sanitario que ocasionan para los sistemas de salud. Los expertos explican una relación directa entre nariz y pulmón y enfatizan la necesidad de una estrategia terapéutica conjunta.
La rinitis alérgica es la enfermedad crónica más frecuente de la infancia. Se define clínicamente por estornudos, prurito, secreción serosa y bloqueo nasal consecuentes a la inflamación de la mucosa inducida por la exposición a alérgenos. Afecta entre el 10 y el 40 % de la población mundial, especialmente a la edad pediátrica. En nuestro país, su prevalencia en la segunda infancia es del 20,6% y en la adolescencia del 34,9%. Las comorbilidades asociadas a la rinitis incluyen: sinusitis, conjuntivitis, otitis media serosa, infecciones recurrentes de la vía aérea superior y trastornos del sueño.
Los pacientes con asma experimentan típicamente episodios recurrentes de sibilancias, tos, dificultad para respirar y sensación de opresión en el tórax. En Argentina, la prevalencia del asma es del 15,4% en los niños de 6 -7 años y del 13,3% en los de 13-14 años. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que alrededor de 300 millones de personas padecen de asma en el mundo, con una tendencia actual en aumento para cualquier edad.
Es necesaria una mayor concientización acerca de la relación entre rinitis y asma así como optimizar el tratamiento integrado de estas enfermedades. Ambas representan "una vía aérea, una enfermedad única" con un proceso etiopatogénico común, lo que implica que al tratar la rinitis puede contribuir al control de los síntomas de asma.
Los factores que desencadenan los síntomas son los alérgenos que se encuentran en el hogar (ácaros del polvo, epitelios de animales y hongos) y en el exterior (hongos, pólenes de árboles, gramíneas y malezas). Además, los contaminantes ambientales como el humo del tabaco y las partículas de combustión y otros factores como cambios de temperatura, el frio y el ejercicio pueden exacerbar el asma y la rinitis.
En cuanto al impacto de la enfermedad alérgica en términos económicos, hay que considerar los costos directos ocasionados por el tratamiento de la enfermedad, internaciones, asistencia médica y los indirectos, generados por inasistencia escolar, ausencia laboral e incapacidad. Las exacerbaciones graves consumen el 50% de los costos del asma en el mundo y según estudios locales representan el 60% de los costos directos.
Las enfermedades alérgicas deterioran la calidad de vida de los niños y adolescentes ocasionando dificultades escolares, trastornos del sueño y del aprendizaje, limitaciones en actividad física y en la integración social. Ello alcanza niveles críticos cuando los síntomas no están adecuadamente controlados, lo que genera consultas médicas no programadas que incrementan los costos de tratamiento. Algunos medicamentos utilizados para el tratamiento de la rinitis, como los antihistamínicos de primera generación, producen somnolencia, irritación, disminución de la concentración y el rendimiento escolar agravando el impacto sobre la calidad de vida ocasionada por la propia rinitis.
Cuando la rinitis se asocia al asma, los costos aumentan notablemente ya que se prescriben mayor cantidad de medicamentos y aumenta el riesgo de internaciones y de consultas a la guardia. Más aún el sub-diagnóstico y el inadecuado tratamiento de la rinitis pueden empeorar el asma coexistente generando un problema mayor para la salud pública. En algunas circunstancias el asma puede ser potencialmente mortal.
El manejo correcto de la rinitis y el asma alérgica implica medidas de control ambiental de alérgenos y contaminantes, educación del paciente, el uso de medicación controladora y de la inmunoterapia específica con alérgenos (vacunas para las enfermedades alérgicas).
Una estrategia terapéutica conjunta de ambas enfermedades, considerando la vía respiratoria como una unidad, es la conducta médica actualmente más aceptada.
Comité Nacional de Alergia
SOCIEDAD ARGENTINA DE PEDIATRIA