Semana del Parto Respetado 2023. 14 al 20 de mayo de 2023         

                                                    Cuidar los nacimientos = Cuidar a las familias

Todo nacimiento es un evento personal, único e íntimo en la vida de las personas, que involucra a la persona que nace, a la que está pariendo, a su pareja o acompañante, y a todo su entorno, su familia, su comunidad.

En la mayoría de los casos es un evento esperado, lleno de expectativas, magia, amor y también dudas, ansiedades y miedos.

Es también una maravillosa ventana de oportunidades para brindar las mejores prácticas que; con fundamentos biológicos y epigenéticos, tendrán impacto a lo largo de la vida.

Parir es la hazaña humana que requiere para ser atravesada, una fuerza física y mental incomparable con cualquier otra.

Para lograrlo, la naturaleza provee una cascada hormonal formidable, que no solo permite el parir, conlleva además: el inicio de la lactancia, el comienzo de un círculo virtuoso de apego y su potenciación entre quienes conforman una nueva familia, posibilitando y favoreciendo su disfrute.

Asimismo la pelvis, absolutamente móvil, tiene una fabulosa capacidad de apertura en todos los ángulos y diámetros. Sólo es preciso habilitar la posición que individualmente cada cuerpo necesita para parir.

Como todo hecho sexual, requiere para su desarrollo la más profunda intimidad y cuidados que impliquen el mayor de los respetos por quienes lo están atravesando.

Nacer es el desafío más fascinante que el ser humano afronta en la totalidad de su curso de vida.

Para nacer, la naturaleza también ofrece lo necesario, no solo para ser capaces de llevarlo a cabo, sino también para alcanzar y albergar la primera experiencia de deseo que el calostro despierta ante el contacto continuo e ininterrumpido, junto al logro de alcanzarlo.

Sin embargo, el momento del nacimiento es también el más vulnerable, requiere un cuidado no intrusivo, pero minucioso para pesquisar la mínima señal de necesidad de atención específica.

Acompañar en todo momento el proceso de nacimiento de un hijo o hija facilita la construcción de corresponsabilidad en la crianza.

La naturaleza también se hace presente, las hormonas relacionadas al bienestar, el placer y el deseo operan sus efectos en quienes, parejas o acompañantes a elección de la persona gestante, protagonizan la escena del nacimiento.

Hasta el siglo XIX, el nacimiento de una persona constituía un evento que ocurría en el entorno familiar en los hogares, y en comunidad, a menudo con la asistencia de mujeres entrenadas junto al acompañamiento de las redes afectivas y familiares de la persona gestante.

Con el transcurso del tiempo, la evolución científica y tecnológica permitieron la atención de las posibles complicaciones. La institucionalización del parto ha sido en todos los países del mundo, la medida de salud pública con mayor impacto para lograr la disminución de la morbimortalidad materna y neonatal, pero trae aparejada la responsabilidad de esforzarnos por no dejar de colocar en el centro de atención a quienes protagonizan este evento único e irrepetible en la vida del ser humano.

La filosofía de Maternidades Seguras y Centradas en la Familia propone aplicar todas las herramientas para brindar seguridad a los nacimientos, con prácticas basadas en la mejor evidencia, respetando el protagonismo de la persona gestante al parir, su hijo o hija y su pareja o acompañante.

Argentina cuenta con un amplio número de leyes que regulan las prácticas y que se inscriben en marcos internacionales de derechos, además cuenta con recursos, como el Consenso Nacional de Primera Hora de Vida, en el que se establecen las buenas prácticas para la recepción de las personas al nacer, para alcanzar el inicio de la lactancia y los múltiples beneficios del contacto precoz piel con piel - CoPaP-

Es un desafío para los equipos de salud respetar los tiempos naturales de los nacimientos con profundo respeto por el prójimo, aunando esfuerzos y dedicación. Contar con todos los conocimientos científicos a disposición, que permiten la observación precisa, para no interferir ante este evento vital saliente, garantizando en los casos que fuesen necesarias las prácticas sanitarias adecuadas.

Cuidar los nacimientos es cuidar a las familias, es posicionarlas en el mejor punto de partida para una crianza sensible y amorosa.

Es una magnífica oportunidad para construir salud y estimular el mejor desarrollo para que quienes constituyen la Sociedad logren alcanzar su bienestar individual y el de sus comunidades, transformar realidades para un mundo mejor.

Comité de Estudios Feto Neonatales -CEFEN-